castlevania:el lamento de la inocencia".cap.12
castlevania"el lamento de la inocencia"
capítulo 12:"la pagoda de la luna brumosa"
Sara,fue enterrada en el jardín posterior del refugio de Rinaldo,León,arrodillado ante el sepulcro reunió un ramo de flores para ella,en ese momento,Rinaldo,le dijo que ese era uno de los secretos prohibidos descritos en el libro de la familia de Mathias convirtiendo al látigo asi en la perdición de los vampiros,León se incorporó y le dijo a Rinaldo:doy fe de ello...del poder oculto del odio y la destrucción del látigo contra los vampiros,Rinaldo,afligido,le dijo que sentía mucho lo que había pasado,a lo que León,le increpó que no se podía evitar,"no es culpa de nadie",dijo,"era lo que Sara quería...","ya os vais",pregunto Rinaldo,"si,debo cumplir la promesa que le hice a Sara","entiendo",asintió Rinaldo,"volved cuando lo necesiteis",León,estaba tan afligido que ni contestó,recogiendo el látigo y saliendo del refugio hacia el castillo.
Nunca antes,León había ansiado tanto enfrentarse a un enemigo,este a quien iba por fin a enfrentarse le quitó todo,la única ilusión de la vida de León era Sara,mientras corría hacia el encuentro de Walter,su ira era tal que le hizo perder todo miedo a las criaturas que le salían al paso,esta vez con mucha mas fiereza,ya que el juego de su amo,había concluido,y por eso ahora protegían al señor del castillo del peligroso intruso,nunca nadie llegó tan lejos,nunca antes,Walter presenció tal gesta por parte de los humanos,su poder hasta ahora bastó para acabar con toda oposición a su crueldad,pero León parecía destinado a plantarle cara al vampiro y no cesar en el empeño,hasta que este sucumbiese al poder del alma de la inocente Sara,imbuido para siempre en el único arma que derrotaría a los hijos de la noche.
El camino hacia la torre del salón del trono estaba plagado de las criaturas mas temibles y abobinables jamas vistas antes por León,los esqueletos se movían grotescamente como si bailasen una danza macabra de muerte,las almas perdidas cargaban contra León,caballeros ya muertos desde hace siglos con sus armaduras de batalla y sus hachas de acero,trataban de acabar con la venganza del cruzado,a pesar de las heridas,León estaba consiguiendo llegar a su objetivo.
Las escaleras de piedra que seguía como camino León,le condujeron hasta una bifurcación,las criaturas de Walter lo perseguían,por tanto tuvo que darse prisa en elegir un camino,el cual le llevaría hacia el cubíl de un vampiro,pero no se trataba de Walter aún,era un murciélago gigante,un animal prisionero y hambriento de sangre,una última mascota personal del despiadado chupasangres,León,hizo una vez mas,un acopio de sus fuerzas,para derrotar a tal fiero enemigo,dispuesto a alimentarse de su sangre,hasta no dejar gota,la bestia no conocía el secreto del látigo,y por eso,no tardo en ser derrotada.
Por fin,León,halló el camino correcto y se encontraba entre muchas almenas,en un pasillo central,que le llevaba hacia unas escaleras de piedra que diagonalmente conducían a la sala del trono,el suelo estaba engalanado con una grandiosa alfombra roja y no había muro alguno,que albergase habitación,solo unas escaleras y el punto mas alto del castillo en el exterior,el viento de la noche levantaba su larga melena rubia mientras veía desde allí,la torre del reloj marcando una media noche eterna,la luna llena dejaba un terrorífico halo de sangre,y al final,la majestuosa almena de la habitación del trono,en donde esperaba el mismísimo Walter,sin embargo,León,no pudo abrir el portón de la habitación del trono,parecía de nuevo,que le faltaba por cumplir antes,un último desafío para obtener la última llave...
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